domingo, 16 de octubre de 2011

Ondas de esperanza




La radio de mi casa era de madera oscura, grande y lustrosa. Ocupaba una pequeña mesa para ella sola. Tenía ruedas como botones en la parte baja, su centro era blandito, de tela de hilos entrecruzados por donde salían las voces y justo debajo se situaba la línea de números con luz, donde el dial se iba parando. Aquí está Radio España Independiente, allá en aquéllos alejados,  Radio París.
Una caja rectangular que era la reina de la estancia. A su alrededor cada noche se sentaban los mayores de mi casa. Para todos, la histórica protagonista de un mundo lleno de magia y esperanza.

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