Jardines secretos





Un sueño repleto de vida

Nunca podré alcanzarlo por mucho que lo persiga. El jardín secreto es un auténtico sueño, una utopía donde se hacen realidad todos los anhelos del hombre. En él se disfruta de la sabiduría de la naturaleza y de la magia de sus colores.
Su espacio se halla recorrido por la sombra de grandes árboles que desean escalar el cielo. Y en la tierra se extienden los aromas que las plantas medicinales emanan al breve roce. Y cerca se intuye el mar, se aprecia en la brisa, mezcla de sal, algas y brea.
Cierro los ojos y viajo a Oriente en una de las caravanas que iban en busca de las especias. Y al Mediterráneo surcado de naves provenientes de tierras lejanas. Y me alcanza la noche y el cielo se puebla de estrellas.
Respiro profundamente y paseo por él. Me envuelve la sabiduría ancestral de las plantas que ha sido trasmitida a lo largo de generaciones y que conforma nuestro ser.
Me detengo y escucho el silencio, y toda la vida que se concentra en este lugar. Y siento que estoy en paz y que, finalmente, lo  he alcanzado.


Nueva versión del paraíso

Y el séptimo día, dios no descansó como nos han hecho creer desde antiguo los firmes creyentes de la Biblia y el Génesis. Se sentó a reposar, eso sí, y agudizó su ingenio para crear un paraíso, pero no el del árbol de la ciencia del bien y del mal,  que ya estaba demasiado pasado de moda, sino un lugar donde pudieran convivir en armonía las distintas especies vegetales y animales. Sin serpientes tentadoras, ni mujeres que representaran la encarnación del mal y  la perdición. Demasiado visto. Nada de eso. Los tiempos habían cambiado y ambos sexos eran igualmente buenos.
Un edén que representara la felicidad de la unión  de las personas  con la naturaleza, la armonía, la paz y la libertad. Sin mandamientos opresivos. Tras mucho pensar, sopló sobre Marina de Cudeyo y su aliento creó los Jardines secretos de la Picota. Y en ellos floreció su trabajo de los seis días anteriores.


Lo desconocido

Al traspasar el umbral,  y aún sin quererlo, se dará cuenta de que está llegando a la meta de su destino. Es otro mundo, en el que el tiempo se paraliza y  los sentidos se abren a nuevas percepciones de las que no tenía anterior consciencia. El olor a verde y mar será su primera inmersión en lo desconocido.
¡Cómo le hubiera gustado haberlos conocido antes de imaginarlos!  Ahora se da cuenta de que no tienen nada que ver con lo que soñó en sus relatos. Porque, por mucho que los hubiera idealizado, jamás sus escritos podrían igualarse a la realidad. Los sonidos eran distintos a los que él había descrito. El aire, más límpido y el viento susurraba secretos… Los secretos no dormían, estaban completamente vivos y despiertos en aquel jardín.


La magia de la naturaleza

Los espacios vegetales escondidos en los jardines secretos de La Picota son siete, como siete son las maravillas del mundo, los mares, los colores del arco iris o las notas musicales.
El número siete representa la suma del cielo y la tierra, es el período de la creación,  y de manera armoniosa en Marina de Cudeyo se han ido creando: el jardín de la seda, el japonés, el de la rosas, el azul, el oval, el del romero y el banco Alcorque, dominados todos ellos por el mirador del Otero.
Siete distintas especies arbóreas pueblan el recinto: el plátano de sombra, el eucaliptus, la acacia de Persia, el árbol de la seda, el arce japonés, el tamarindo y la encina. Oriente y occidente unidos por el mismo sueño.
No creo en el azar y presiento que los jardines tienen un significado mágico que únicamente podremos descubrir cuando paseemos por ellos.


Búsqueda y encuentro

He buscado durante toda mi vida la respuesta a los grandes interrogantes. He recorrido los cinco continentes y estudiado sus distintas filosofías, intentando descubrir la esencia y la verdad de las cosas, junto a la armonía de sus formas. He indagado fórmulas y símbolos más allá de lo que la razón permite.
Ahora, al final de mis días, viejo y cansado, descubro que existe un jardín repleto de esencias y caminos junto al mar, donde se combina a la perfección la sabiduría de las antiguas creencias, con las nuevas formas artísticas. Oriente y Occidente. El mundo interior y el exterior. Un lugar donde puedes ver el entorno aunque tengas los ojos cerrados, porque puedes percibir más allá. Donde no existe el tiempo, ni el espacio y donde finalmente me siento libre.






De la A a la Z

Elige los adjetivos que mejor describan el jardín. Puedes añadir otros a la lista.
Armonioso, Bello, Cálido, Dorado, Espléndido, Fabuloso, Genial, Hidratado, Ideal, Jeroglífico, kilométrico, Luminoso, Mágico, Natural, Ñato,  Oloroso, Preciado, Querido, Radiante, Secreto, Turbador, Umbrío, Verde, Wagneriano, Xilófono, Yaciente  y Zahorí.
Elisa combinó las letras y, a pesar de su corta edad, escribió:
C de casa
de iglesia
E de elefante
L de león
O de oreja

Y miró hacia lo alto satisfecha.