Madera, una única fuente de luz, y sombra. Kumi Yamashita.
A veces la vida fluye tan rápido que
te desordena y te acostumbras a vivir en ese caos que constituye tu casa, tu
trabajo y tu vida. Por
eso cuando entras en algún lugar donde nada asoma fuera de su sitio, sientes
envidia ajena, ¡qué suerte! –te lamentas–. Pero tal vez no sepas que ese orden y limpieza se ha pagado, lo ha hecho otro, o que significa aburrimiento
vital, o manías; porque en realidad tú no pierdes ni un minuto de tu tiempo en
ordenar lo que te rodea, ya que por mucho que lo intentes, estás convencida de
que los objetos deciden por sí mismos. La existencia se ha de vivir y no perderla
en tenerla bien colocada para ojos propios o ajenos. Así que, amiga, si la vida te despeina, no lo lamentes
y ¡disfrútala! Estás viva.