miércoles, 18 de enero de 2012

OFICIOS



Iris era ebanista y Mario, orfebre. Se querían desde siempre. Ella practicaba a escondidas un oficio de hombres. Él construía sus sueños con filamentos de luna en forma de filigrana. Iris tallaba con pequeñas piezas de maderas de cerezo, ciruelo y naranjo sus cajitas  y secreteres. Sus pacientes manos de artesana las convertían en brillantes obras de arte. Cuando se amaban, los secretos y las joyas se sellaban eternamente.



3 comentarios:

  1. Qué chulo Malén, toda una historia en muy pocas palabras y además asentadas sobre unos oficios tan hermosos y, que ya casi están pasando por desgracia al olvido.

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  2. Bella historia. Alguno de esos personajes me recuerdan a alguien... No pero aquél era más prosaico, más terrenal. Besos.

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