lunes, 8 de julio de 2019

¿Esto es París?

Vamos cantando alegres por la calle. Ella recuerda todas las canciones que yo le entonaba cuando era muy pequeña. Ahora ya sabe las palabras que acompañan a la música.
También las rimas y retahílas infantiles. A grito "pelao" ambas. Se zampa los mocos y todo lo que pilla por el suelo porque ha hecho suya la campaña desperdicio cero. Le gusta ir sola por la acera de la calle con su patinete de tres ruedecitas, a veces de la manita. Es muy independiente.  Va al váter ella solita desde que le quitaron el paquete. Aún no tiene tres años y se limpia los dientes y se quita y se pone ropa y zapatos a su antojo. Le gusta jugar al escondite aunque siempre se esconda en el mismo sitio. Es una experta contorsionista y no hay obstáculo ni altura que se le resista, ya sean hierros, cuerdas o rocas. Las sabe trepar, saltar, evitar o lo que haga falta.  Recuerda los nombres de todas las personas que conoce. Le encantan los helados y el agua que pica (con burbujas).  Usa de su argucia y ,  como una instruida pícara, se las ingenia para conseguir un helado a diario. Cada día vamos a un parque diferente y si son de agua, mejor que mejor. Rebosa felicidad en todos sus gestos y es imposible no estar alegre a su lado. Le gustan las historias de lobos, brujas y cocos, al tiempo que  le dan miedo.  Le encantan los cuentos y que le narren historias. Aunque lo más divertido para mí de esta nómada, inocente viajera,  mientras caminamos o cruzamos boulevards o rues, es que todo el tiempo me pregunte incansable: esto es París? Esto es París?





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