lunes, 17 de octubre de 2011

De nuevo, un gran amor.


Pensabas que eras demasiado mayor para volver a ilusionarte como un colegial y, sin embargo, aquí estás, deseando que regrese pronto, y te salude, y se interese por cómo has pasado el día, y te haga mil preguntas sin esperar respuestas, pues ella te irá contando, como un torbellino, todo lo que éste le ha deparado. Y tú la mirarás embobado, sonriente y orgulloso, sintiéndote cómplice una vez más de los secretos y confidencias de las que, sin meditarlo demasido, te hace portador. Nunca hubieras imaginado que, a pesar de la diferencia de edad, podrías congeniar tanto con otra persona, que te haría reír y  soñar, ni que la vida pudiera volver a cobrar sentido cuando ya la espalda inicia una leve curva sobre sí misma, independientemente de tu voluntad, y tus cabellos comienzan a clarear.
 La mirarás orgulloso, como los más ancianos contemplan aquel árbol que sembraron hace ya mucho y que se levanta imbatible abriendo sus ramas hacia el cielo. Y ella te dirá ¡Abuelo! Y te estampará un sonoro beso, que te hará el hombre más feliz del universo.

                                                                                                                                    Malén

1 comentario:

  1. Me rindo ante tu trama, ¿quién iba a pensar en una relación abuelo-nieta? Delicioso.

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