Le seguían gustando las
costuras de su antigua máquina de coser, esa que no cambiaba por nada. Se
sentía cansada como ella, demasiados años trabajando y escasos cuidados.
Compañeras ambas. En cada puntada, un suspiro. Ya le faltaba poco para
terminar. En realidad esa anciana de aspecto bonachón escondía un secreto:
cosía sus recuerdos para que no se le olvidaran. Primero los enganchaba con alfileres,
después los hilvanaba y, cuando ya estaban todos bien sujetos, pasaba las
costuras. Los remates a mano, para que no se deshicieran nunca las puntadas.
Había ido guardando los tejidos que componían su vida y la de sus seres
queridos que ya no estaban. Y ahí se encontraban todos juntos como los países
de un mapa: recortes de bodas, bautizos y funerales. El vestido de medio luto,
el de desahogo y los de colores de entretiempo y verano. Imágenes y memorias que
se iban aflojando, como la canilla de la máquina tras largo rato de
labor, pero ahora ya no le importaba, siempre tan hormiguita trabajadora
guardándolo todo. Finalmente lo iba a conseguir, llegaría a tiempo de dar un último pespunte al tiempo.
jueves, 28 de febrero de 2013
sábado, 23 de febrero de 2013
Velocidad / Felicidad
¿Por qué pisas a fondo el acelerador? Nunca te han gustado las grandes velocidades; es más, te da mucho miedo cuando conduce otro y lo hace algo rápido. Y ahora, como una loca. Desde que circulas sola por todos lados, pareces una suicida. Dando discursos a los lerdos para que espabilen y tú, orgullosa de lo bien que lo haces. ¡Y gracias a la existencia de los aviones! Está claro que andas acelerada, pero ¿es necesaria esa carrera por la cuerda floja jugando con el destino? ¿Intentas demostrarte lo valiente que eres? Además, ¿por qué has de pensar siempre en el poco valor de una vida? Las de Auschwitz, menos que una bala, y en las aldeas guatemaltecas, similar al precio de una gallina. Aunque desconoces los marcos y quetzales que cuestan tales operaciones, para poder comparar diferencias de valor vital, que seguro tendrán que ver con el desarrollo. Venga machacarte con eso; ya para, piensa en positivo, mira que te lo digo y tú ni caso, el lado bueno de las cosas y tira millas. Y ya me explicarás ese afán por reírte sin más de todo, ¿Tan importante te parece compartir risas como una boba? Eso sí que es un claro síntoma de tu desquicie. ¿Acaso, te crees tan lista que piensas que nada tiene sentido? Te lo deberías mirar, ya te han dicho todas, todas, que pidas ayuda a una sicóloga. Pero tu nada, erre que erre, prefieres salir y circular con el coche.
domingo, 17 de febrero de 2013
Todas mis vidas
Últimamente solo escribo en el cielo. En el corto trayecto que distancia un abrazo de amigas. Tan cerca y tan lejos. El mar de mapa nos separa y nos une, azul intenso. Desde aquí reconozco las nubes que pinta Rafa Sastre, que tímidas por ahí pasan; sobrevuelo la música de Asun; las risas de Eulalia; el cariño de Amparo; las bromas de Pepe, la entrega de Lu. Hasta pronto, Leocadia, Edelmira... y Brando... y Julieta. Fin de semana distinto, lleno de palabras, sonrisas y de todas esas vidas sin ti, que juntas poseemos e imaginamos.
domingo, 3 de febrero de 2013
Patchwork de la vida
¡¡Qué no
llego!! Tarjetas de embarque sacadas por la mañana y curiosamente la fecha es
de hace dos años. No entendemos nada. Risas, prisas, como bobas abajo de nuevo.
Ahí está Paco que nos apoya. "País de
mangantes", nos comentan las señoritas de la compañía aérea que me piden
el certificado de residencia. Eva que se enreda a protestarles que no, que solo
son unos pocos. Yo creo que sí, solo unos pocos. Pero tengo prisa, que ya
embarcan y la dejo discutiendo y concienciando. Paco y yo nos miramos y sonreímos. La conocemos
y la queremos. Seguro que han sido las malignas las causantes del embrollo.
Último abrazo para Eva. Me hacen sacar la colonia, me pregunto si
también los huevos. Claras y líquidos. La empleada no entiende nada y me
mira con cara de póker y paso la seguridad sin más problemas. Ahora que lo pienso no sé si son
las energías malvadas o malignas o perversas, o es el viento que ha entrado por mis orejas y se ha
cebado con mi cabeza. Le tendré que preguntar a mi amiga. Y seguiremos remendando la vida e iremos componiendo cuadraditos luminosos de la manta como un puzzle
imperfecto. Como nuestras existencias, que a veces se encogen y otras se dilatan y sonríen amistosas. Amistad que salpica de colores los ovillos oscuros cuando todo
lo vemos negro. Fila 15, ala, ¡ea! Adiós Paco, adiós Eva.
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