Algunos recuerdos se quedan anclados en nuestra memoria
independientemente del tiempo que haya transcurrido, son recurrentes y conservamos las imágenes y las sensaciones tal y como las percibimos en su momento. A veces fantaseamos con ellos y nuestros
amigos siguen siendo jóvenes, aunque hayan pasado treinta años, sobre todo si
no los hemos vuelto a ver desde entonces. Por eso, cuando el azar hace que nos
tropecemos con alguno de ellos, no quieres reconocerlo, ya que se te desmontan la fábula y las fantasías; y no quieres
quedarte sin ellas. No, solo quieres que él
permanezca siempre como en tus sueños.
Se te entiende. La ventaja de los tropiezos virtuales es que puedes seguir con los recuerdos. Pero Maga, tú ya no eres aquella chica que yo conocí hace más de 30 años y yo soy otra persona muy diferente también, pero este encuentro ha sido muy afortunado. Perdona, no he podido dejar de personalizar. Buena reflexión.
ResponderEliminarMe alegra lo que dices, pero a veces es preferible seguir teniendo los conocimientos virtuales idealizados, porque luego la realidad te desilusiona.
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