Locos y locas, sobre todo enajenadas, es que aquí ya no hay quién se aclare: que si una escurre el bulto y se va a Puerto Vallarta y se queda tan ancha, la otra teje que te teje el maldito mantón a todas horas, alguna enfrascada en el terror día y noche, sin descanso, la otra depresiva es poco, el otro con la coliflor dale que te pego, algunas tan vagoncias que ni te cuento, las leonesas que no aparecen, de masajes y en la pelu, todo el rato poniéndose guapas, las que menos como perros en celo, totalmente obsesas, otras alcohólicas perdidas y con ganas de perderse. Los bosques nos reclaman, y ¡hala! Hadas y haditas, raíces y Ents, y todas para allá, así ni grupo ni nada, cada uno a su bola y no podemos centrarnos, ni inspirarnos ni aprender ¡Un auténtico caos VE.! Ya mismo me borro.
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