Catrin Welz Stein
Paseaba las noches sin luna por el firmamento, vigilando que toda la bóveda celeste estuviera en su lugar: planetas, nubes, astros, asteroides y estrellas. A los reticentes los colgaba de su larga melena para que la fueran alumbrando en la oscuridad.
La señora del Alba desaparecía al llegar el día.
Breve pero muy bonito.
ResponderEliminarSí, bello micro y la foto también.
ResponderEliminarMuy bonito "a los reticentes los colocaba en su larga melena para que la fueran alumbrando en la oscuridad", muy ingenioso y la foto preciosa.
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