Ligero equipaje / Duy Huynh
Guardaba en el último rincón del cajón de la cómoda sus
penas, para que no la persiguiesen por toda la casa; las alegrías estaban cerca
y a mano para dejarlas salir rápidamente y
que inundaran las estancias con sus risas y canciones. Los rayos de sol,
plegados entre las sábanas blancas, y en el cajón de la ropa interior, sus
ganas de sentirse guapa.
Los vestidos y pantalones, colgados de sus perchas y dispuestos siempre a sacarla
de un apuro.
Las camisetas, bufandas y jerséis, junto a las
bolsitas de olorosas hierbas, le evocaban
la cotidianidad del invierno, su lado amable y cálido.
Los abalorios y trajes de verano la llamaban cada día, queriendo engatusarla con sus luces, brillos y colores para que los sacara de paseo. Desconocían que habrían de permanecer mudos hasta la siguiente temporada.
El cariño, la ternura y el amor, la fantasía e imaginación, bajo su almohada, cerca de su cara, para soñarlos cada madrugada.
El cariño, la ternura y el amor, la fantasía e imaginación, bajo su almohada, cerca de su cara, para soñarlos cada madrugada.
Muy bueno, me recuerda a uno de los textos de los 36 RELATOS DE LA ESFERA, a MERECIDAS VACACIONES. Es muy bueno este micro.
ResponderEliminarSí lo he buscado, me ha costado encontrarlo y sí también va guardando sus sentimientos a la hora de hacer la maleta. Deduzco que es muy difícil inventar nada nuevo, tenemos ideas parecida y hay tanto escrito!! El de la casa es muy similar al de Literanta. Siempre tengo la impresión de que escribo recurrentemente lo mismo. Gracias, Yolanda!
ResponderEliminarYa, yo hubo un momento en que sentí eso mismo: que siempre escribía la misma historia aunque sobre diferentes temas, no sé, pero si nos pasa a todos, debe ser normal.
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