Llovía y llovía muchísimo, una gota fría como lo llaman
ahora. Y metí al perro en la cocina. Pasó mi vecina de adosado, la Pili, a
tomarse un café conmigo, de palique porque estaba aburrida como una ostra:
-No es plan, Mari, el
Tito, no puede quedarse aquí dentro, no es nada, pero nada “profiláctico”.
A mí, personalmente,
la higiene me la trae al pairo. No quise replicarle y la dejé parlotear sobre
las cien mil enfermedades que podrían “contravenirme”. La Pili se hace la fina
conmigo y me estaba poniendo mala malísima de escucharla, tanto taladrarme, así
que la despaché sin miramientos.
Mi Tito es mucho Tito, es el chucho más borde que conozco, y
no está bien que yo lo diga, pero procede de una familia desestructurada, lo
encontraron los funcionarios de la perrera vagando por las calles. De ahí su
extraña afición a pendonear y escaparse a la mínima que te descuidas.
La cosa es que con tanta lluvia, aunque la casa se me caía
encima, yo estaba que me subía por las paredes, y para más inri, la fotonovela que
leía me estaba poniendo de los nervios y el Tito que no paraba de lloriquear,
así que se me fue la pinza, abrí la
puerta de la calle y, a pesar de que
caían chuzos de punta, le ordené con un par de narices: ¡aire, a ventilarse
tocan!
Nunca más regresaron a darme la murga, ni el Tito ni la Pili.
Muy divertido, Malen. Ahora a ver qué dicen los señores de la Esfera.
ResponderEliminarjajajajajajajaja, me gusta mucho, además hoy tengo "día de patio". Tienen que seleccionarlo sino con un par de narices le escribimos una carta.
ResponderEliminarEso, y además le rompemos la crisma a tu jefe!!
EliminarMuy bueno Malén,y muy lograda la jerga esta de patio de vecinos. Un abrazo.
ResponderEliminarjajaj, ¡qué divertido! Primero creía que estabas describiendo a tu perro y sus andanzas, luego ya he visto el fín de tu relato. Espero también que sea el elegido.
ResponderEliminarjajajaja... me ha gustado mucho Magdalena tienes que explotar más tu lado irónico- divertido!!! Eva checa
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