jueves, 29 de noviembre de 2012

La bombonera



Desde hace poco tiempo vivo en una cajita de bombones. Me trasladé a ella cuando la vida me asestaba unos espaldarazos tan tremendos que me dejaban sin aliento. Decidí que ya estaba bien, que la supervivencia personal era lo primero. Me relamo de gusto con los rellenos de trocitos de avellanas, que acompañan mi café al iniciarse el día. Y salgo a la calle feliz, sin la mente obturada por tantas realidades negativas. Me enfrento a mi jornada relativizándolo todo pues sé, que al final de mis andanzas por tantos sinsabores, me espera ese lugar mágico y acogedor, ofreciéndome aquellos intensos aromas que me conducen a soñar y a vivir siempre en un pedazo dulce de cielo.

3 comentarios:

  1. Precioso micro, Malén. Me ha encantado el esperanzador final. Ese lugar mágico y acogedor...es bueno que te haga sentir bien y supongo que te refieres a tu nuevo hogar...

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  2. Seductores esos sabores que evocan otros que están ahí listos para ser degustados, eso siempre merece la pena.

    Un abrazo.

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