Así te
sentí yo cuando tras treinta años de vida en común me dijiste, o mejor te
arranqué, que me dejabas por otra, sin más. Jamás hubiera imaginado que la
convivencia fuera una competición… Pasé a ser tu ex con un simple chasquido de dedos. Me quemaste el corazón y todo nuestro pasado
y vida en común quedaron reducidos a cenizas. Ha sido una traición por tu
parte. No quiero que seas mi amigo, ni los peores enemigos asestan estos golpes
tan bajos. No sé cómo expresarlo, no hay palabras para el abandono. Necesito
que alguien recoja mis cenizas y las esparza en algún lugar que tú no pises
nunca.
Supongo que una experiencia tan dura ha de pasar por muchas etapas hasta convertirse en algo indoloro.
ResponderEliminarAprovecha tu don de la palabra para plasmar rabias, sentimiento..., todo aquello que cura y cauteriza.
Fuerte abrazo Magda.