El
Nominativo arrastra tu nombre hasta mí.
Con el
Vocativo te llamo.
El Acusativo te sitúa directamente junto a mi
verbo.
El Genitivo
me dice que eres mía.
El Dativo,
que te quiero para mí.
Con el
Ablativo me colocas circunstancialmente junto a ti.
Ya no sé
cómo decirte que te quiero.
Malén lo tuyo es de premio, y los conseguirás, mejor dicho los añadirás a los que seguro que ya tienes. Genial.
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