sábado, 23 de septiembre de 2023

Sin lograr acostumbrarte

La lenta muerte en vida de las personas con demencia  produce mucho dolor en quiénes compartimos la vida con ellos. La angustia  la  causa nuestra  impotencia al comprender que no podemos hacer nada frente a una enfermedad que borra la identidad y la historia en común, borra las palabras, los recuerdos y la vida. Los enfermos sólo conservan el aspecto  externo debilitado, en el mejor de los casos, aunque en los ojos y en la falta de estímulos sensoriales se adivina el vacío interior. Y piensas que él ya no es él, que se fue hace tiempo. Pero no encuentras consuelo, por mucho que lo racionalices. Y ahí sigues... en un duelo constante de vida sin vida. Y le tomas la mano, la acaricias y sigues llorando sin que se dé cuenta, sin poder hacer nada, y sin lograr acostumbrarte.

                   








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