Me sigue sorprendiendo muchísimo el entusiasmo de las asturianas, así en femenino mayoritariamente. Sale un rayo de sol, se dejan lo que estuvieran haciendo y se lanzan a la calle como si no hubiera un mañana. No les gusta el encierro y al parecer todo lo importante está en la calle, y ahora, con esta temperatura, en el mar. Les da igual que suba la marea, ya les empujará hasta la rampa o la escalera donde han dejado sus pertenencias. Saben hacerlo. El paseo del Muro de Gijón me recuerda el río sagrado de los hindúes. El Cantábrico es el Ganges y el baño, purificador y sagrado. Las miro embelesada y cada día me gusta más esta ciudad tan lanzada que se sacude los miedos, penas o tristeza que le embarguen y sale a rejuvenecerse cada día. Llueva o haga sol. Sea verano o invierno.
Que mas se puede pedir ante esta descripción....sólo empezar a preparar la maleta y reservar un vuelo para mezclarme con estas mujeres
ResponderEliminarAquí te esperamos con los brazos abiertos.
ResponderEliminarMalen tengo amigas en Gijon y son cómo describes. Amo esa tierra
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