Estoy convencida de que descansas
sobre una vaporosa nube de algodón con tu larga melena roja flotando al viento.
Imagino que las aves,
las flores y las mariposas se
acunan ahí jugando a enredarse en ella. Y mientras te hacen trenzas, te
susurran historias y sueños, y te ríes porque tú eres así: alegre, jovial y
bienhechora. Y la brisa te acaricia suavecito. Y nos verás a todos los
que te queremos, y recordarás divertida los chistes de pacientes y doctores que
nos contabas en el tiempo del recreo. O cuando entonabas una melodía a capela, y
algunos compañeros te seguían y, juntas
las voces, nos maravillaban. O aquella noche oscura de invierno en que
espantamos al profesor Bacterio cuando aparcamos tu coche bajo el algarrobo del
instituto, disfrazadas de no sé qué monstruitas y él salió huyendo despavorido
porque no nos reconoció, y realmente parecíamos auténticas y malvadas brujas de
cuento, eso sí, atacadas por la risa. Y cantarás bien fuerte para que no nos sintamos
tristes y solos. Y tu cuerpo se mecerá plácido en el firmamento. Y recordaremos
tu risa de cascabeles y tú tampoco te sentirás sola porque todos los que te
queremos te llevaremos dentro. Serás para siempre un
pedacito de cielo y una brillante melodía en nuestro corazón.
Qué bonito ....
ResponderEliminarUn homenaje precioso lleno de respeto, delicadeza y sobre todo cariño.
ResponderEliminarSiento la pérdida que has sufrido.
http://willz.be/carmeta/
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