lunes, 14 de agosto de 2023

La residencia

 El tiempo se para al cruzar la puerta del geriátrico y dejar la vida atrás. Loren siempre me saluda tras los cristales cuando me ve llegar. Agita los brazos como un niño pequeño. Su sonrisa me ensancha el alma. Empujo la silla de ruedas y lo saco afuera, al aire, al jardín,  para escuchar el viento y los pájaros que viven en el frondoso avellano. Se caen las manzanitas y las ciruelas, que yo a veces recojo. Él ya no escucha nada. Le repito muchas veces que no se puede levantar de la silla, que tiene una fractura de cadera y que ha de reposar. No para. Le molesta el cinturón con el que permanece atado a la maldita silla que es al mismo tiempo su curación. Le canto las canciones que le canto al pequeño Nil y las reconoce y se sonríe y yo lloro por dentro y  el tiempo no avanza.

    Agosto 2023 Noreña, Asturies




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