jueves, 24 de mayo de 2012

Y les dices adiós...



(A mis hijos)

Hay días en que no te levantarías de la cama, aunque esa frase esté más que pulida de tanto uso. Empiezo de nuevo. Hay días en que lo ves todo negro, negro. Y no te lo inventas, las penas  viven a tu lado, por no decir en tu casa. Y no te consuela  el argumento tan manido de que otros lo pasan peor y que tú tienes trabajo y mejor te callas y no protestas. Esquiroles. Tu hijo se queda en la calle y se va a buscarse la vida a Japón, era profe de filosofía, y el otro no tiene posibilidad de encontrarlo, es enfermero, cierran los hospitales y vive contigo. Te cansas de ser positiva y de intentar cambiar siempre las cosas. Te hartas de que la situación laboral se degrade día a día, de no tararear alguna cancioncilla como solías, por los pasillos de tu centro, de no bromear con los niños, de no estar alegre. Y sigues, porque estás convencida de que la educación y la cultura son la auténtica riqueza de los pueblos. Y aceptas la derrota y ves cómo han de salir y abandonar un país donde no hay lugar para ellos.

7 comentarios:

  1. En ocasiones parace que las puertas y ventanas se achican y uno se queda sin aire. Descubrimos de pronto sin esperarlo que seguimos siendo nómadas, que nada ha cambiado. Seguimos de cueva en cueva y cuando algo se estabiliza alguien lo desmorona. El no ser dueños de nosotros mismos nos hace caer en el pesimismo. Me ha gustado como has descrito la impotencia, el no tener motivos para estar satisfecho

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  2. Pero todo está sujeto a un cambio incesante y también los malos tragos pasan, querida Maga. Hay épocas de desánimo que parecen querer quedarse, pero también pasan y mañana será todo diferente. Ver mundo está bien para los jóvenes. Y ese otro hijo, del que estoy segura de que también encontraría trabajo en muchos lugares, a lo mejor quiere estar a tu lado y cuidarte y es una gran suerte para ti. Anímale a seguir aprendiendo cosas y a no perder la esperanza. Te lo dice alguien como yo que siempre he gustado de andar por la cuerda floja y sin red. Un abrazo muy fuerte.

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  3. Entiendo que estés tan desesperanzada. Pero también veo dentro de tí un espíritu rebelde que no va a quedarse quietecito como si nada. Saca tu rabia y tu alma guerrera y al mal tiempo, buena cara. Con positivismo se consiguen más cosas. Te lo dice una luchadora.

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  4. Entiendo de qué hablas, todos nos hemos sentido así y nos sentiremos en más de una ocasión, lo triste es cuando se trata de los hijos que es lo que más nos afecta..., en fin, sigue el punto de vista de Lu, es bueno.
    ¿Qué va a ser de este país cuando se nos vayan todos los jóvenes brillantes que tenemos? La peor de las pobrezas, nos acecha.

    Un abrazo.

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  5. Malén, no te hundas, qué tú me has dicho que yo no lo haga, venga. Si no enseñáis, ¿qué será del futuro de los niños? Y hay que pensar que esto será algo pasajero, imperios más grandes han caído (Roma)y el mundo ha seguido existiendo.

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  6. Gracias a todos, solo son días. Como dice Amparo, seguiremos peleando hasta el final.

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  7. Me cuesta escribir un comentario a este relato, pues describe perfectamente como me siento yo también:triste,asqueada,indignada de ver tanto talento y jóvenes tan bien preparados y responsables, consumirse en esta espera o coger la maleta e irse a otro país,con los sueños rotos...
    El corazón se encoge de desesperación, pero es hora de gritarlo a los 4 vientos :"no hay derecho,es injusto e inmoral"
    Un abrazo fuerte.

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